viernes, 1 de mayo de 2020

Adoquines.Día del Trabajo

Estoy seguro de que a ninguno de mis hipotéticos lectores se les ha pasado por alto el mensaje subliminal que nos cuelan en las películas norteamericanas, sobre todo en las que la acción se desarrolla en la frontera con Méjico; en ellas los "pueblitos mejicanos" están formados por cuatro chozas sucias y  anárquicamente distribuidas y los "pelaos" son –invariablemente– perezosos, borreguiles, sucios, faltos de iniciativa y anárquicos. Siempre son segundones y poco dados al trabajo. Y esta bazofia pretenden extenderla –con  bastante éxito, por cierto– a toda Hispanoamérica.

Pues bien: estos días de arresto domiciliario estoy asistiendo a la refutación del tópico ya inevitablemente extendido: los obreros que se dedican al adoquinado de la Plaza son ecuatorianos, hondureños, guatemaltecos... y no sólo cumplen de manera adecuada con su trabajo, sino que les he visto tomar iniciativas –más allá de su responsabilidad– que han logrado su objetivo, cuestionar algo hasta que se les ha dado la explicación correcta, organizar las herramientas y el material de trabajo del modo más adecuado y, en definitiva hacer las cosas bien, tan bien como pudiera hacerlas cualquier otra persona de cualquier otra nacionalidad o etnia.

Además, hoy, día del Trabajo, están celebrándolo... TRABAJANDO. A las imágenes me remito; el vídeo recoge la colocación del primer adoquín a las 17:30 del día 30 de abril del año del coronavirus 2020.


... a las once de la mañana... del DÍA del TRABAJO





O sea que... menos tópicos y más ver la
realidad tal como es. Probablemente estas personas lo que necesitan es ganar mucho dinero, cuanto más mejor para poder enviarlo a sus países para que sus familias vivan bien, algo similar a los que hicieron en los sesenta-setenta los españoles que emigraron a Alemania, pero eso no impide que sea de admirar el que sigan en el tajo y a juzgar por los comentarios que puedo escuchar, con alegría. No he visto hoy a ninguno de sus compañeros españoles manejando máquinas o acopiando material...

Ayer, pasadas las cinco y media hice este vídeo que pone de manifiesto que la intención la tenían clara. Yo había escuchado que alguno proponía comprar un "pelibuey" –una especie de cordero sin lana originario de Canarias que se ha adaptado bien en los países de clima tropical– alguno de entre ellos no sabía de qué estaba hablando el compañero que hacía la propuesta –el español que se habla en los distintos países no siempre es entendido por todos–  y tuvieron que explicárselo.

Aproveché la tarde de ayer para averiguar las nacionalidades que intervienen en la obra y para resolver el "misterio" de la excavación junto al macetero del Olmo. Verán ustedes: para respetar la altura de la cenefa inferior del macetero era necesario bajar el nivel del suelo; efectivamente hubiera sido una chapuza que esa cenefa a modo de rodapié hubiera tenido una altura diferente en unos lugares que en otros, por eso se decidió bajar la cota para que los adoquines –por cierto fabricados en Las Torres de Cotillas provincia de Murcia– salieran desde la base de la piedra, pero no sólo ésa es la razón, ¿recuerdan que se embebió un mallazo en el cemento? pues la explicación viene dada porque el Olmo es un viejecito... pujante –su hijo ha muerto a unos escasos treinta años– y por la parte de la excavación parece que alguna de sus raíces empuja con fuerza y amenazaría la integridad del nuevo pavimento. Con el mallazo durará por lo menos diez minutos más que sin él.






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