miércoles, 20 de septiembre de 2017

Cosas de las fiestas

Día 20 de septiembre de 2017 y el follón está servido en Cataluña 
En Navajas son fiestas y las vacas en la Plaza van a acortar su tiempo de estancia en el improvisado “ruedo” porque ésta es la noche de disfraces y conviene que los participantes en el concurso lleguen con tiempo a sus respectivos “garitos” para  para cenar y preparar sus atuendos.
La penúltima de las vacas ha dado “buen juego" y se abre la puerta del toril para que el animalito entre en él para que descanse, pero no le hace caso alguno a la sugerencia se hace la remolona y “tardea". Cada vez que en una de las vueltas al macetero del Olmo queda encarada al lugar de su retiro, parece que lo piense, da media vuelta y sigue su trotecillo  por la Plaza.
El episodio se va haciendo largo y se oyen palabras de disconformidad con las medidas que se están tomando. Se saca al manso  para que cumpla con su misión… de no hacer más que dar algunas vueltas de exhibición porque la vaca no le hace caso. La impaciencia de los asistentes se acrece porque el tiempo se va echando encima y los disfraces esperan…
Empiezan a escucharse opiniones acerca de lo que hay que hacer; unos pretenden asustar al animal exhibiendo palos o cañas que no hacen sino aumentar el enfado de la res que, con raza, se vuelve y acomete a los que le acosan. Otros piden silencio para que la vaca no se altere y pueda reaccionar de acuerdo con su condición de res brava y la petición consigue más de un minuto de silencio total entre los asistentes. Tampoco da resultado la estratagema porque la medida parece no afectar al animal. Se recurre a una solución que ha dado resultado en otras ocasiones: sacar al resto del corro para que, dada la condición gregaria de los animales vacunos, la vaca se digne aceptar la opinión de la mayoría y se una a ellos en la consecución de un bien común, pero “que si quieres arroz, Catalina”, ella pasa una y otra vez ante la invitación de la puerta abierta sin hacer caso a querencias, instintos gregarios, mayorías ni zarandajas; al parecer se ha declarado independiente “de facto” y de ahí no la apean.
Vuelven a probarse soluciones de amenaza mediante la exhibición de varas garrotes, cañas e incluso de pinchos eléctricos que no hacen sino acrecentar la determinación tozuda del “animalico”. Unos piden diálogo, otros derecho a decidir y mientras tanto, la vaca campa por sus respetos y hace lo que le da la “real gana”; el caso es que han pasado más de tres cuartos de hora desde el primer intento y el tiempo que se pretendía dar a los participantes en el concurso de disfraces se ha consumido en el intento de llevar la vaca a razones.
Los asistentes manifiestan su opinión  dividida entre los partidarios de hacer el concurso de disfraces con la vaca en la plaza –“más divertido”, aducen– o proponer su nombramiento como “hija adoptiva” mientras el tiempo transcurre y alguno de los encargados de mantener el buen orden de los festejos empieza a manifestar su enfado ante los intentos de otros con los que no está de acuerdo.
Dada la premura del tiempo y ante la posibilidad de que la vaca no entre por los cauces institucionales por su propia voluntad, se decide el uso de la fuerza, eso sí, “proporcionada” al fin que se pretende y dentro de la norma de no maltratar al animal. Alguien aporta una larga cuerda con la que una vez sujeta la res por los cuernos, es conducida en contra de su voluntad al corral al que se había negado a entrar de manera reiterada pese a los requerimientos hechos por las buenas.

Todo cuanto relato es absolutamente cierto y ha pasado hoy. ¡Menuda coincidencia!
Toni(n) "el de La Cuba"