martes, 23 de octubre de 2018

Nuestro Olmo Europeo. Reflexión

Hay que felicitar a la Biblioteca, a las personas que se encargan de mantenerla abierta y viva, por su idea en relación con la votación acerca del Olmo de Navajas. Nuestro Olmo. Su iniciativa merece todo el apoyo y creo que lo va a tener, al menos por mi parte.
He dedicado la mañana a hacer saber a amigos, parientes, conocidos, personas de mi aprecio, etc. el modo de apoyar nuestra petición, que considero justa y atinada. Les he rogado que no sólo apoyen con su voto, sino que lo hagan saber a otras personas de su entorno para que la votación sea más favorable a nuestro Olmo.
Por si algún despistado que me lee no se ha enterado, aquí está la dirección en la que se puede votar:


Supongo que muchas otras personas habrán hecho lo mismo que yo, dada la cantidad de veces que he recibido la misma petición enviada por distintas personas. Vamos a conseguirlo. 
Tengo el pálpito de que vamos a poder ganar si nos ponemos a la tarea porque juntos podremos hacer más cosas que cada uno a su aire. 
Y lo dice alguien que es profunda, radicalmente individualista.
Al mismo tiempo he estado reflexionando acerca de nuestro “amor” al Olmo.
Nuestro Olmo es un ser vivo que como todos los seres necesita ser cuidado, sobre todo cuando él, el Olmo es un venerable anciano.
Nos llenamos de orgullo cuando hablamos de él, le cantamos en el Himno, los organismos competentes se ocupan de prolongar su vida y, en cambio, a mí me parece que no terminamos de tratarlo tan bien como se merece. Me explico.
No se trata de hacer todas esas cosas que se hacen bien; a mi entender habrá que procurar que se dejen de hacer las cosas que yo creo que se hacen mal: 

  1. ocupar el espacio de su macetero de manera innecesaria. Ocúpese en la Presentación de la Reina de las Fiestas y en la Ofrenda, pero déjese libre después.
  2. permitir que haya personas que transiten por ese mismo espacio, sean grandes, medianos o pequeños.
  3. consentir en que se incite a la vaquilla de turno a que suba a un lugar en el que en nada beneficia al árbol. La cosa nos divierte mucho, pero puede tener poca gracia, causar desperfectos y creo, honradamente, que no vale la pena.
  4. en definitiva, olvidarnos del amor que le tenemos siempre porque en momentos puntuales del día a día no le dedicamos toda la atención que merece.
  5. hay muchas más que a todos se nos ocurren...
El Ayuntamiento, con los medios de Policía de que dispone no puede garantizar que el Olmo no es hollado por nadie y esa función la hemos de hacer nosotros, los ciudadanos, todos nosotros, que somos Ayuntamiento, sin temor a entrar en discusiones con los que saltándose las normas más elementales de convivencia, saltan –y valga la repetición– arriba del Olmo.
Si el Olmo es un elemento de atracción turística habría de estar permanentemente como para hacerle fotos, sin elementos que desvirtúen su carácter ni desperfectos que lo afeen y ésto sí es competencia del Ayuntamiento.
Ahora vamos a ganar esa votación en la que estamos metidos, pero planteémonos alguna pregunta que nos hayan suscitado las líneas que expongo con la mejor intención.
¿Lo hacemos?

Toni(n) el de “La Cuba”

domingo, 21 de octubre de 2018

"Poderoso caballero..."

¡Vaya!, que estoy prolífico y "paridor" estos días. Debe ser la lluvia.
La banca. ¡Ay la banca! En el juego se dice que la banca siempre gana. Y cuando no se trata del juego, también. Eso es normal. Los bancos son empresas que están orientadas al beneficio y una empresa que no obtenga beneficios debe cerrar; pero el beneficio debe ser, tiene que ser, lícito, porque, de lo contrario vamos mal.
PODEROSO CABALLERO...
Esta reflexión viene a cuento por “La Parrala” que publiqué hace un par de días en este mismo cuaderno. Ahora leo en “EL PAÍS” que: “la devolución del impuesto con 15 años de retroactividad podía acabar con la mitad del sector, según un alto ejecutivo bancario, con un coste de, al menos, 18.000 millones.”
Y, como era de esperar, la banca se ha movilizado en el entorno del Tribunal Supremo y en las esferas políticas de tal manera que estamos esperando a que el pleno de la Sala de lo Contencioso-Administrativo –que fue la que paró la sentencia que favorecía a los ciudadanos, no lo olvidemos- se reúna en las próximas semanas para determinar:
  • si donde dije digo digo Diego… otra vez y van tres
  • si la sentencia anterior está bien o mal
  • si se anula la sentencia
  • si se aplica con carácter retroactivo o no 
  • si pagan el impuesto los bancos o los pagan los hipotecados
La cosa tiene más perendengues de los que se aprecian a simple vista porque:
  • Si la sentencia estaba mal dictada, ¿se relevará de sus responsabilidades a los componentes de la Sala que la ha dictado mal?
  • Si se reconoce que estaba bien, ¿podrá la banca soportar que “se acabe con la mitad del sector”?
  • Si el efecto de la sentencia no tiene carácter retroactivo, ¿no se estará cometiendo una injusticia con los que hemos pagado de más?
Copio de “EL PAÍS”: “En una nota pública, Díez-Picazo justifica su decisión en la “enorme repercusión económica y social” de la sentencia notificada este jueves, que “supone un giro radical en el criterio” que mantenía hasta ahora el Supremo.”
Recuerdo aquí que don Luis María Díez-Picazo es el Presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo.
Tengo alguna pregunta más que hacerme:
  • ¿A quién de los que constituyen una hipoteca le interesa que el acto del préstamo quede jurídicamente documentado?
  • ¿Cómo puede ser que el mismo asunto estuviera simultáneamente en febrero –fecha de la primera Sentencia– en la Sala de lo Civil del Supremo y en la Sala de lo Contencioso-Administrativo?
Hasta que se resuelva el follón seguiremos con la copla
Toni(n) el de "La Cuba"

sábado, 20 de octubre de 2018

... y al César, lo que es del César.

Hay que reconocer que la bajada a las Fuentes ha ganado mucho con la limpieza a la que ha sido sometida, me dicen que hace un año aproximadamente. Lo cierto es que hasta esta tarde  no había bajado al Salto de la Novia y de la mejora, evidente, no me había enterado. Ahora lo he hecho y me apresuro a felicitar a quienes hayan llevado a cabo una tarea con un resultado tan feliz. Pero ese  espacio habrá que seguir manteniéndolo.


Poder contemplar los bancales me ha causado una gran satisfacción y me ha hecho pensar en una gran riqueza etnológica que tenemos olvidada: los"ribazos". Otros pueblos están poniendo de relieve estas construcciones en piedra seca que van más allá de la definición que de su nombre da la RAE, 

Un ribazo es, aquí al menos, un elemento que genera riqueza, bien que mínima, cuando a nuestros antepasados les hacía falta aprovechar hasta el último palmo de tierra para atender a su sustento y al de sus familias.

Un ribazo transforma un terraplén en un trozo de tierra en el que se cultiva algo que sirve para alimentar a la prole o para ser vendido y obtener algún dinero en metálico con el que ayudar a la subsistencia.

No había un trozo de tierra propia de un paisano, por mínima que fuera su extensión, que no albergara un olivo, un almendro, un algarrobo que crecía agarrándose al terreno con la desesperación con la que un náufrago se agarra a una tabla.

Pero todo esto les "suena a mambo" a las generaciones de jóvenes que han tenido desde su infancia pan en casa y ninguna preocupación por lo que se fuera a comer en el futuro. Ojalá lleguen a entender el significado de los espacios recuperados y no se dediquen a destrozar lo que empezó hace siglos y que perdura aún.


Lo cierto es que ver esos bancales que tantas veces recorrí durante mis juegos de niño imaginando castillos en cada peña y defendiéndolos de enemigos que atacaban inmisericordemente produciendo alguna que otra descalabradura, volver a verlos me ha hecho pensar en que todos siempre hacemos alguna cosa bien. 
¿No les parece?
Toni(n) el de "La Cuba"

Nueva atracción turística

Es que no paramos. En nuestro objetivo de atraer a más turistas cada vez hemos preparado un nuevo lugar en el que la magia del agua haga soñar a los múltiples visitantes que se desplacen hasta nuestro pueblo.


Nada tiene que envidiar esta cascada a las que se ven en otros lugares de reconocido renombre turístico y el hecho de que desde hace más de tres años, aparezcan llenado de color y alegría algunas calles de nuestro pueblo y los chalets de algunos vecinos –que están locos de contento por este don que la Naturaleza y la Diputación les hacen– habría de servir de regocijo y sano esparcimiento a quienes tengan el deber de velar por la tranquilidad de los habitantes de la localidad.


Por la frecuencia de su aparición y por lo espectacular de su aspecto –algunos le llaman el "Monasterio de Piedra" local– creo que habría que cobrar entrada a los curiosos que se acercan a contemplarlas. Si, además, difundimos la especie de que los lodos tiene un efecto revitalizante para la piel, el negocio está asegurado ... y la deuda más próxima a ser saldada.
¿No les parece?
Toni(n) el de "La Cuba"


viernes, 19 de octubre de 2018

LA PARRALA

La copla es un género muy español, muy nuestro en el que se reflejan sentimientos, pasiones, modos de entender la vida.

Hasta que a finales del siglo pasado a alguien –o a "álguienes"– se le ocurriera poner de manifiesto los valores del género y la maestría, la pujanza y el arte de algunos de sus intérpretes, la copla estaba considerada como un género mínimo, ínfimo. Son cosas de nuestro carácter más dado a despreciar lo nuestro que a darle valor.

Una de las coplas más conocidas es la que da nombre a este escrito, "La Parrala", que es el mote de la protagonista literaria de la pieza musical. Por si no conocen la letra, aquí va el estribillo:

"Que sí, que no, que no, que sí
que a La Parrala le gusta el vino.
Que no, que sí, que sí, que no,
que el aguardiente y el marrasquino..."

Es patente la indeterminación de los gustos de La Parrala. Le gusta, no le gusta. Lo que le gusta es el vino. De eso nada, que lo que le gusta es el aguardiente. ¡Ah! y el marrasquino. Un sinvivir que no sería admisible a no ser porque lo que se canta son las dificultades para tener un criterio firme de una mujer que se presume de escasa formación intelectual.

Lo malo es que esta indeterminación o similar se ha hecho patente en las sentencias del Tribunal Supremo acerca de a quién corresponde el pago de los Actos Jurídicos Documentados relacionados con las hipotecas.

  • Primero hubo una norma que decía que los pagábamos los hipotecados.
  • Ayer hubo una sentencia que decía que, puesto que los que querían documentar la obligación contraída eran los bancos, ellos habrían de pagar el acto y, por tanto, como el impuesto por esos Actos Jurídicos Documentados lo había recaudado la Administración, ésta  tendría que devolver lo que habría sido un enriquecimiento injusto. Luego la todopoderosa Administración lo recobraría de los bancos; pero...
  • Hoy, el Alto Tribunal, dice que tiene que estudiarlo, que lo de ayer no vale y que ya dirá.
Me temo que "poderoso caballero es don dinero" y los que, por sentencia del Supremo nos habíamos alegrado un poquito, nos vamos a tener que volver a poner tristes.
¿Se dan cuenta ustedes de por qué me he acordado de La Parrala?
Toni(n) el de "La Cuba"