martes, 26 de diciembre de 2017

ZAPATERO, A TUS ZAPATOS

Es bien conocido el refrán español con el que titulo este escrito. A nadie se le oculta el significado que tiene porque pocas veces se encuentra un refrán más claro que el que nos ocupa. ¿Y a qué viene el exordio con que obsequio a mis hipotéticos lectores? Viene a que ha habido un grupo de científicos catalinos –ellos dicen que son más de mil– que se ha entretenido en promocionar su idea política ofendiendo al resto de españoles que no “somos catalanes” haciendo gala de su ignorancia en materia de Historia, en materia de política, en educación –entendida en su doble vertiente de instrucción  y  educación– y en sentido común. No sé si se me olvida enumerar alguna de las carencias que demuestran esos científicos aunque si quiero señalar que me parecen peligrosos reaccionarios que no tienen la mínima idea de lo que significa respeto a los demás.
Los señores a que me refiero, con evidente falta de verdad, han dicho que “España es un país agrícola que se dedica a la caza”.
Tomo de “El confidencial.com” –en el que leo la noticia– algunas frases que ciertos científicos catalanes vierten en el artículo titulado “La tesis de los científicos 'indepes': "España es un país agrícola que se dedica a la caza”, que firma David Brunau.

Para Roderic Guigó, catedrático de Genética del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (CEXS) de la Universidad Pompeu Fabra y uno de los científicos de referencia “es importante para la ciencia catalana que los partidos independentistas vuelvan a ganar las elecciones, porque si no "la alternativa sería el retorno al fascismo del PP y Ciudadanos, que no tienen escrúpulos en promover el exilio de nuestros gobernantes y su rendición incondicional. Es el fascismo que encarcela, hiere y censura. Como científicos, sabemos hacia dónde no tenemos que ir. Ante la ilusión de un país nuevo está la oscuridad del Estado español y la vulneración de los derechos humanos”.
Tengo algunas preguntas que hacerme: 
  • ¿Qué tiene que ver la ciencia catalana con el resultado de las elecciones? ¿Quizás es que se malicia el eminente científico que el “momio” de la subvención a cualquiera de los proyectos acerca de la genética de la gallina autóctona catalana –o de cualquier otra “investigación” peregrina– se le acaba?
  • ¿Dónde ha visto tintes fascistas el señor Guigó, en la actitud de respeto a las leyes de PP, Ciudadanos y PSOE, en la negación de los derechos de la oposición en el Parlament o en la huída –y no a Egipto precisamente- del “caganet” Puigdemont?
  • Si, como parece, es este señor miembro de o subvencionado por la A.N.C. se explica casi todo; no obstante, ¿no se le habrá ido la olla con tanto Mendel arriba y abajo? ¿Seguro que conoce algo de Leyes, de Historia de España, de algo que no sean alelos, caracteres dominantes, caracteres recesivos, cultivo de guisante y otras prendas de su saber?
Pero no es el único; Alicia Casals, catedrática de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPF), doctora en informática y número 63 por Barcelona en las listas de Junts per Catalunya dice en un alarde de pensamiento profundo:
"España es un país más orientado a la agricultura y sus prioridades son las que son” y se queda tan ancha. No sé si el lavado de cerebro de su pertenencia a Junts per Catalunya  habrá afectado a su RAM, a su ROM o si es que ha recibido apoyos de sus conmilitones políticos para llegar al puesto que ostenta, pero me temo que su formación básica haya sido deficiente hasta el punto de dejarla con un discurso más propio de un niño de seis años que en el de una doctora en informática, a no ser que el doctorado le haya sido concedido por méritos diferentes de los académicos, cosa que no sería extraña. 
Su compañero de ponencia Joan Cardona, jefe de la Unidad de Tuberculosis Experimental del Instituto Germans Trias i Pujol, abundó en esa misma tesis. "España es un país agrícola que se dedica a la caza y a atraer a jubilados, pero aquí [en Cataluña] no tenemos esa necesidad. Por eso la república nos permitiría aumentar la inversión en investigación y situarnos como un país puntero. Eso requiere de una libertad y una flexibilidad brutal y si seguimos en un estado dirigista nunca lo lograremos. En España no sabían ni lo que era la investigación hasta que el conseller Mas-Colell fundó el ICREA [Institución Catalana de Investigación Avanzada y Estudios Avanzados]
Bien por el señor Cardona.
Demos gracias al cielo por enviar a Cataluña al “conseller” Mas-Colell que hizo de esa parte de España un faro de la investigación mundial que nos redimió de la ignorancia y no nos  permitió seguir embrutecidos y patentando solamente máquinas de confeccionar pirindolillos para boinas –a condición de que toda la materia prima empleada fuera de fabricación nacional- o parches para panderetas con idénticas condiciones. Gracias a esa capacidad investigadora consiguieron hacerse ricos algunos españoles de i’Empordá o de la Plana de Vich poniendo un palito a una fregona o a un caramelo, dos grandes inventos fruto de la investigación en punta desarrollado por alguno de los institutos como aquél al que pertenece el “señor Joan” que, al parecer, no se ha enterado aún de que la caza sigue siendo practicada como deporte y que ya hemos pasado en el resto de España a la situación de ganaderos–recolectores. Un avance notable dado nuestro alto grado de incuria intelectual.
Ya tiene delito lo de “Tuberculosis Experimental” que supongo que no es invento suyo sino un derivado de la inmersión lingüística a la que han sido sometidas todas las criaturas de Cataluña durante muchos más de cuarenta años. Su discurso no resiste el análisis más leve. ¿A qué se refiere con lo de atraer a jubilados? ¿A los ingleses jubilados veinteañeros que “montaban el pollo” impunemente en la Cataluña gobernada por el señor Puigdemont a cambio de que dejaran unas monedas de las que ahí en su provincia según usted “no tienen esa necesidad”? Soy jubilado, ¿tiene usted algo que reprocharme? La república, señor Cardona no tiene nada que ver con el aumento de la inversión en investigación. Con esas inversiones sí tienen que ver los recortes hechos en Sanidad, en Servicios Sociales y en educación por los políticos que les han gobernado dirigiendo sus intereses –los de ellos– a la creación de “embajadas” a los pagos a cierta prensa y a otros excesos encaminados a conseguir una independencia gestionada por quienes, por no saber, no supieron ni qué decir una vez que hubieron proclamado –¿o no lo hicieron?– esa ansiada república.

El señor Guigó, la señora Casals y el señor Cardona son tres eminencias, cada uno en el campo de su competencia; de eso no me cabe la menor duda y tienen derecho a opinar lo que estimen más conveniente aunque crean que los demás vivimos en un país dirigista, cerrado, obtuso, casposo, agropecuario, intervencionista, que –no obstante– les permite decir lo que dicen sin alterarse lo más mínimo, aunque lo que digan resulte ofensivo para el resto de los españoles, y yo me pregunto, ¿por qué se dedican a unos zapatos que no son los suyos? ¿Será –quizás– porque piensan que en una República pequeñita puede llegar a ser Presidente cualquiera de ellos? Como dijo Pedro Mourlane: “¡Qué país, Miquelarena!”.

viernes, 20 de octubre de 2017

LOS DEL DIÁLOGO

Dicen algunos que “la cuestión catalana” se resuelve mediante el diálogo, que es la política la que debe intervenir en lugar de hacer que sean  los jueces los que resuelvan el asunto.
Debo confesar que la afirmación me tiene perplejo porque yo creía –seguramente en mi ignorancia– que había separación de poderes en un Estado de Derecho y que cada uno de ellos tenía funciones atribuidas en las que era la máxima autoridad; así el Legislativo –diputados y senadores, los políticos– proponía y sancionaba leyes; el Judicial se ocupaba de la correcta aplicación y de la interpretación de esas leyes y el Ejecutivo las aplicaba, se apoyaba en ellas y actuaba conforme a lo que en ellas estaba sancionado.
Si esto es así, la propuesta de diálogo en la “cuestión catalana” me parece que no tiene sentido alguno porque hay leyes al respecto –sancionadas por quienes tienen potestad para hacerlo y publicadas a los cuatro vientos– que algunos se han saltado y que el Ejecutivo tiene la obligación de respetar. Por su parte, el Judicial es el encargado de dirimir si las Leyes han sido respetadas o no y si resulta que no, el que ha de aplicar las sanciones que establezcan las normas aprobadas. Los sujetos a esas Leyes han de acatar las sentencias de grado o por la fuerza.
Ése es mi planteamiento.
Los partidarios del diálogo parecen ignorar que la “cuestión catalana” está descrita perfectamente en nuestras Leyes –en la Constitución que es la Ley de la que emanan todas las demás– por lo que el pretendido diálogo no es sino una manera de inmiscuírse en las atribuciones del poder judicial.
Si hay algo con lo que los políticos no están de acuerdo, tienen la oportunidad de dirimirlo en la Cortes proponiendo Leyes que mejoren las que ellos consideren erróneas; ahí sí que es necesario el diálogo, pero ante lo que es legalmente vigente los políticos sólo han de tener una opción: respetarlo; lo demás son ganas de enredar.
En el caso concreto de la “cuestión catalana”, hay una clara muestra de confusión mental –iba a escribir la palabra “esquizofrenia”, pero no la escribo, ¿comprenden?
– en los que encabezan la idea. Primero dicen que “por mandato del pueblo (?) proclaman la creación de un estado catalán independiente en forma de república” para añadir que piden al Parlamento Catalán que no la aplique y después firman un manifiesto en el que aseguran haber creado un estado independiente.
No tiene desperdicio. Y si no fuera porque nuestra capacidad de asombro ha sido superada ampliamente por las realidades de este tiempo en que nos ha tocado vivir, nos quedaríamos con la boca abierta ante un hecho semejante que han perpetrado, impunemente hasta el momento, setenta y dos diputados del Parlamento de Cataluña.
Se me ocurre la pregunta del millón: ¿Acerca de qué quieren los dialogantes que se dialogue? Si tienen capacidad para proponer un cambio en las Leyes, que lo hagan y si no la tienen que se aguanten. Hay Leyes con las que no estoy de acuerdo y me aguanto y las acato porque no tengo otro remedio que hacerlo; pero haré todo lo que pueda –en mi caso es más bien nada– para que se cambien.
Vamos a hacer un ejercicio de futurología: supongamos que se decide cambiar la Constitución y que en el referéndum en el que se proponen los nuevos textos el rechazo supera ampliamente a la aprobación; sigamos suponiendo que las encuestas aseguran que el rechazo se debe a que la gente está harta del “Estado de las Autonomías” al que consideran caro y complicado y quiere más centralización. ¿Qué cara se les quedaría a los “autonomistas”?
No obstante, todo este follón de la “cuestión catalana” no hubiera tenido lugar si se hubiera seguido mi consejo de hace muchos años, cuando don Jordi, recién salido del expolio  de la “Banca Catalina” empezaba a hacer sus pinitos como el “jedi” del nordeste: tomarse a cachondeo todas y cada una de las declaraciones que hicieran él o sus adláteres acerca de cualquier asunto; pero un cachondeo nacional, con los media –¡qué “modelno" me ha salido!– revolcándose ante cada una de las campanudas aseveraciones del prócer.
Se acaba de demostrar la bondad de mi método con el vecino que ha opuesto a las caceroladas la música de Manolo Escobar. Las canciones del de Almería han acallado el ruido triste de los utensilios de cocina.
Nos ha faltado sentido del humor para abordar un asunto tan peregrino como el de la independencia de Cataluña, que arranca del XIX con unos señores que se creían “trolas” como ruedas de molino en las tertulias de los casinos de los antiguos condados catalanes, convertidos por obra y gracia de estafermos en ágoras del sublime pensamiento vifredovellosino –perdón– en teorías políticas de largo alcance.

El tomarse demasiado en serio trae de la mano esos problemas; el creerse el ombligo del mundo lleva consigo la posibilidad de que alguien nos baje de la nube como cuentan que hizo Mao con el inmoral “President” en una hipotética visita a China, cuando, engallando la voz y poniéndose de puntillas enfatizaba ante el mandatario: –“Els catalans som sis millions”  a lo que repuso Mao: –“ ¡Ah! ¿Sí? ¿Y en qué hotel se alojan?
El esperpento representado durante treinta años, o más, en el nordeste por parte de los políticos catalinos y culminado por el independentista Puigdemont con su hilarante, rocambolesca, posmodernista, bufa, cobarde y rancia “declaración de independencia”, no resiste dos chistes de cualquier humorista. Si viviera Eugenio nos la estaría contando con un: “¿Saben aquéll que díu…?” que, ya de entrada, nos haría esbozar la sonrisa. Y no les digo nada si la hubieran glosado Tip y Coll.
Los políticos “catalinos” y los que les secundan pretenden jugar un partido de fútbol en el que ellos puedan valerse de las manos, estar en fuera de juego y agarrar o zancadillear al contrario sin  que el árbitro les pite falta. Incluso llegar a la agresión sin que se les saque tarjeta roja; es decir quieren hacer trampa mientras que los que e les enfrentan han de cumplir el reglamento a rajatabla. Y además juegan en casa con una “hinchada” forofa y violenta. Así no queda otro remedio que o retirarse del campo o romper la baraja.

Lo malo de este asunto es que los payasos –los malos payasos, los que dan risa, no los que hacen reír– están dentro de las instituciones como representantes de los que nada temen porque tenemos un Estado de Derecho que les garantiza la posibilidad de ir contra él impunemente. Nos lo vamos a tener que “hacer mirar”.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Cosas de las fiestas

Día 20 de septiembre de 2017 y el follón está servido en Cataluña 
En Navajas son fiestas y las vacas en la Plaza van a acortar su tiempo de estancia en el improvisado “ruedo” porque ésta es la noche de disfraces y conviene que los participantes en el concurso lleguen con tiempo a sus respectivos “garitos” para  para cenar y preparar sus atuendos.
La penúltima de las vacas ha dado “buen juego" y se abre la puerta del toril para que el animalito entre en él para que descanse, pero no le hace caso alguno a la sugerencia se hace la remolona y “tardea". Cada vez que en una de las vueltas al macetero del Olmo queda encarada al lugar de su retiro, parece que lo piense, da media vuelta y sigue su trotecillo  por la Plaza.
El episodio se va haciendo largo y se oyen palabras de disconformidad con las medidas que se están tomando. Se saca al manso  para que cumpla con su misión… de no hacer más que dar algunas vueltas de exhibición porque la vaca no le hace caso. La impaciencia de los asistentes se acrece porque el tiempo se va echando encima y los disfraces esperan…
Empiezan a escucharse opiniones acerca de lo que hay que hacer; unos pretenden asustar al animal exhibiendo palos o cañas que no hacen sino aumentar el enfado de la res que, con raza, se vuelve y acomete a los que le acosan. Otros piden silencio para que la vaca no se altere y pueda reaccionar de acuerdo con su condición de res brava y la petición consigue más de un minuto de silencio total entre los asistentes. Tampoco da resultado la estratagema porque la medida parece no afectar al animal. Se recurre a una solución que ha dado resultado en otras ocasiones: sacar al resto del corro para que, dada la condición gregaria de los animales vacunos, la vaca se digne aceptar la opinión de la mayoría y se una a ellos en la consecución de un bien común, pero “que si quieres arroz, Catalina”, ella pasa una y otra vez ante la invitación de la puerta abierta sin hacer caso a querencias, instintos gregarios, mayorías ni zarandajas; al parecer se ha declarado independiente “de facto” y de ahí no la apean.
Vuelven a probarse soluciones de amenaza mediante la exhibición de varas garrotes, cañas e incluso de pinchos eléctricos que no hacen sino acrecentar la determinación tozuda del “animalico”. Unos piden diálogo, otros derecho a decidir y mientras tanto, la vaca campa por sus respetos y hace lo que le da la “real gana”; el caso es que han pasado más de tres cuartos de hora desde el primer intento y el tiempo que se pretendía dar a los participantes en el concurso de disfraces se ha consumido en el intento de llevar la vaca a razones.
Los asistentes manifiestan su opinión  dividida entre los partidarios de hacer el concurso de disfraces con la vaca en la plaza –“más divertido”, aducen– o proponer su nombramiento como “hija adoptiva” mientras el tiempo transcurre y alguno de los encargados de mantener el buen orden de los festejos empieza a manifestar su enfado ante los intentos de otros con los que no está de acuerdo.
Dada la premura del tiempo y ante la posibilidad de que la vaca no entre por los cauces institucionales por su propia voluntad, se decide el uso de la fuerza, eso sí, “proporcionada” al fin que se pretende y dentro de la norma de no maltratar al animal. Alguien aporta una larga cuerda con la que una vez sujeta la res por los cuernos, es conducida en contra de su voluntad al corral al que se había negado a entrar de manera reiterada pese a los requerimientos hechos por las buenas.

Todo cuanto relato es absolutamente cierto y ha pasado hoy. ¡Menuda coincidencia!
Toni(n) "el de La Cuba"

jueves, 24 de agosto de 2017

¿Cultura? ¿Qué es eso?

El Ayuntamiento de Navajas compuesto por "Alternativa por Navajas",  "Grupo Popular" y "PSOE" ha perdido una magnífica oportunidad de demostrar su aprecio por la cultura o, por decirlo de otro modo, se ha cubierto y no de gloria precisamente en el día de hoy 24 de agosto de 2017.

La publicación –en el eBando local– de la convocatoria para que las personas con aficiones pictóricas tuvieran la oportunidad de aportar hasta tres cuadros a la Exposición Colectiva recibió  respuesta por parte de algunos autores que aportaron sus obras, su esfuerzo en realizarlas y su colaboración a la hora de colgarlas y montar la muestra.

En cambio ni un solo concejal del Ayuntamiento acudió a la hora en la que supone que la Exposición tenía que ser inaugurada. Público hubo, pero nadie, ni uno sólo de los convocantes apareció por el local  entre las siete de la tarde –hora de apertura– y las nueve de la noche,  hora de cierre.

Este hecho me parece indignante por la significación de menosprecio que tiene ante una actividad que lleva, con éste, 36 años celebrándose. Además la falta de respeto hacia los autores es evidente.

Si el Ayuntamiento actual quiere "cargarse" la Exposición Colectiva sólo tiene que hacer una cosa: no convocarla; a fin de cuentas la atención que dedica al local en el que se celebra es más bien poca en vista del lamentable estado de luces, y elementos necesarios para que una exposición tenga un mínimo de dignidad.

He propuesto a alguno de los autores que retirara sus obras de la Exposición como una forma de protesta ante una falta de respeto evidente hacia una de las manifestaciones culturales que lleva más años celebrándose en nuestro pueblo; mi sugerencia no ha sido atendida porque –probablemente– los expositores tienen más sensibilidad hacia la cultura que quienes tienen la obligación de fomentarla. Ya puede llenárseles la boca de bellas palabras a los convocantes,  que no volverán a engañarme.

Tengo adquiridos un par de compromisos con el Ayuntamiento –con todo el Ayuntamiento como ya he expresado en este cuaderno– que voy a cumplir porque ya comprometí mi palabra; pero, a partir del cumplimiento de esos compromisos,  lo pensaré mucho antes de participar en actos que tengan que ver con estos munícipes.
Toni(n) "el de La Cuba"

viernes, 21 de julio de 2017

Iros al guano, señores de la R.A.E.

Una frase que ha hecho fortuna en el imaginario colectivo español la pronunció Lola Flores durante la celebración la boda de su hija en Marbella: “Si me queréis, irse”, dicen que dijo la Faraona ante la aglomeración de personas que no querían perderse un espectáculo así.
La frase de marras ha sido motivo de risas y cachondeo sano durante mucho tiempo hasta que la Real Academia de la Lengua Española ha venido a dar la razón a doña Lola.
No sé si, en reconocimiento a su anticipación, habría que nombrar académica de honor a la Flores, pero en mi apreciación ella tuvo los mismos méritos que los que ahora han dado como “correcto” el uso de “iros” parangonándolo con el “idos”.
Tengo para mí que desde hace algún tiempo la R.A.E. está labrando su propia fosa, empeñada en ponerse del lado de lo que es habitual en la calle para hacer norma de ello. Lo de “hacer normal a nivel de Ley lo que es normal a nivel de calle” estuvo bien para Suárez, partiendo de donde partía; pero la Academia está para ocuparse de otros menesteres entre los que no se cuenta la corrupción del lenguaje.

Reconocer como coloquial el “iros” hubiera sido un acierto; admitirlo como tan correcto gramaticalmente como el “idos” es un error tremendo y una brecha en defensa de muchos imperativos en forma pronominal que se usan con la “r” como soporte en el habla coloquial y que son incorrectos desde el punto de vista gramatical: “levantaros”, “acostaros”, “escucharos”, “saltaros”, “saliros”… y un buen puñado más pasarán a ser “correctos” por el portillo abierto ahora por la ¿docta? institución.
De seguir este derrotero, las expresiones incorrectas se apoderarán de las correctas porque cada vez menos personas son capaces de distinguir entre lo correcto y lo que no lo es, dado el nivel educativo del que disfrutamos y tendremos lo que nos merecemos: un español corrompido con el aval de la R.A.E., la cual no nos hará falta para nada porque habrá hecho dejación de sus funcioneacadémicoss; con el fin de que cada uno hable como le dé la real gana argumentando que “todos lo dicen así”. Para ese despropósito no nos hace falta institución alguna. “Almóndiga”, “asín”, “descambiar”, “toballa” “vagamundo” ya son intrusos que manchan nuestro idioma con el beneplácito de los académicos o, al menos, de algunos académicos populacheros que venden sus productos a base de emplear el “taco” rotundo como argumento para suscitar el placer de sus lectores.
Nadie discute –al menos yo no lo hago– que la lengua es algo vivo, que evoluciona, que se transforma, que crece y mengua, pero para que el crecimiento y la mengua no sean arbitrarios están las reglas de la filología que han de aplicar los que entienden de ésto, exactamente igual que se aplica la poda al árbol: para que dé más y mejores frutos.
Desde aquí, con toda modestia pero con toda energía, muestro mi disconformidad con las decisiones que, de un tiempo a esta parte, perpetra la R.A.E.
Toni(n) el de "La Cuba"

jueves, 22 de junio de 2017

INCIVILIDAD

Incivil quizás sea un adjetivo contundente que levantará ampollas en quienes sean calificados con él, pero la grosería, la mala educación, están implícitas en él al aplicarlo. Y, aunque protesten los inciviles, tampoco vamos a andarnos con florituras con los que se quejan de todo lo que hacen mal los demás sin pararse a pensar en lo de la paja y la viga de que nos habla la Biblia.
Porque hay gente –incivil– que se queja de que las calles están sucias y no se corta un pelo en tirar al suelo todo aquellos que pueda resultarle molesto o incómodo, ya sea un papel, una bolsa de plástico o las cortezas de las pipas con las que va sembrando el itinerario de su paseo o el lugar en el que sienta a descansar.
Hay quien ve mal la suciedad en la puerta de su casa y en cambio, no se entretiene en recoger las “caquitas" de su perro –debe ser que el animalito es un incivil– que éste ha “depositado” frente a la casa de otra persona.
También es un incivil el que se salta las normas que le interesa saltarse –de entre las que nos hemos dado todos para que todos las cumplamos– porque ”como nadie dice nada” le interesa creer que está permitido hacer lo que le apetezca.
El que aparca en el lugar en el que está prohibido aparcar es un incivil aunque no exista una señal de prohibición que lo recuerde. La norma de tráfico obliga aún en ausencia de la señal. Por ejemplo: está prohibido aparcar a menos de cuatro metros de una esquina. 
El adulto que se pone a jugar a la pelota en una vía pública es un incivil. Y si lo hace debajo de la señal que recuerda esa prohibición, más incivil. Y si lo hace con un niño participando en el juego está haciendo del chaval otro incivil.

Inciviles son los que van en bicicleta por calles en dirección contraria. Y los que no enseñan a sus criaturas a respetar las norma de tráfico; además de inciviles son temerarios porque los niños, en su inconsciencia, pueden estamparse contra un coche que circule debidamente.
Son inciviles los que acuden con sus retoños –o nietos, o sobrinos, con niños pequeñitos– a lugares en los que el silencio es obligado por la naturaleza de lo que en ellos se celebra y creen que no molestan los gritos, las carreras o los juegos que realizan las criaturas.
Es incivil el que carga sin más ni más contra los que están educando a sus hijos e intentan que un poco de civilidad entre en las mentes de los chiquillos. A fin de cuentas a la Escuela van los niños a aprender matemáticas, lenguaje, geografía, ciencias naturales; lo de la educación lo deben llevar aprendido de casa para que pueda ser reforzado en la sociedad que es la clase, el grupo, el colegio.
Y para terminar, es incivil el que cree que “el otro” es el que lo hace todo siempre mal.
De lo que llevo escrito se puede deducir –a poco que uno sea crítico consigo mismo– que todos somos o hemos sido inciviles en algún instante de nuestras vidas por acción u omisión, pero de este reconocimiento a hacer ostentación de incivilidad media un abismo de educación, ¿no les parece?                                                               

Toní(n) el de “La Cuba”

lunes, 13 de marzo de 2017

UN EJEMPLO

Tengo para mí la impresión de que andamos perdiendo el tiempo en discusiones que no tienen fin acerca de cosas que tienen solución fácil en la que –seguramente– no habíamos caído. Son cosas que suelen ocurrir porque, a veces, vamos a buscar soluciones lejos cuando las tenemos al alcance de la mano.
Una cuestión preocupante para la ciudadanía es la de la corrupción entre la clase política. Al parecer la podre está gneralizada y cada partido se encarga de sacar a relucir la basura de los demás de manera que cada uno le hace al resto el examen de conciencia que acaba en los tribunales. Entre robos, desacatos, estafas, cohechos, malversaciones y otras lindezas no hay día en el que no nos echemos al coleto una crónica de tribunales … suculenta.
Echando mano de un razonamiento elemental podríamos deducir que el problema está en las personas, porque lo que hace falta es gente honrada que sea capaz de realizar su cometido sin inclinarse hacia uno u otro lado de la legalidad y siguiéndola de manera recta y firme de acuerdo con las Leyes que nos hemos dado y su leal saber y entender. Gente que haga oídos sordos a los cantos de sirena de los poderosos y que, impertérritos, sigan haciendo lo que es justo.
Parece que ponen –ustedes tres o cuatro que me leen– cara de incredulidad como si fuera imposible encontrar personas de esa talla moral, de esa entereza. Pues yo les aseguro que hay colectivos en España de los que no se discute –o al menos yo no tengo noticias de ello– que tuerzan la vara de la justicia en provecho propio, de amigos o de afines: los árbitros de fútbol. En ese ejemplo está el futuro de nuestra democracia.
Piénselo con calma, hombre...

Toni(n) “el de La Cuba”

viernes, 10 de marzo de 2017

Casi sin palabras

En la entrada anterior un cartel me sirvió de metáfora para poner de relieve algunas cosas que creo que no benefician al pueblo.
Ahora, a la vista del mismo cartel con este otro aspecto,


nobleza obliga, se me ha abierto un rayo de esperanza metafórica. ¿Y si la metáfora sigue?
Por lo que sé, el futuro pinta negro, pero quiero cogerme a esta nueva ilusión, que la esperanza es lo último que se pierde.
¿O no?
Toni(n) "el de la Cuba"


miércoles, 8 de febrero de 2017

NAVAJAS

Esta fotografía podría ser –en mi opinión– una metáfora de la Navajas actual. El cartel que señala el final de la zona urbana estaba hecho con láminas de aluminio estrusionado, una de las últimas técnicas en la confección de carteles de señalización en carretera.

Del que fuera primoroso indicador queda, desvencijado, el otrora orgulloso nombre de un pueblo que fue hermoso, que fue limpio y que lo sigue siendo en su espíritu y en lo recóndito de su ser –como se ve en la lámina del nombre que se conserva incólume aunque sacada de su escuadra natural– pero que en el resto, en lo que le adorna, ha perdido su esencia. 
Navajas –como el cartel– está desvencijada, rota y en riesgo de perder su identidad, ésa misma que tienen que preservar y potenciar los que están al frente del pueblo. Va siendo hora de que cada uno asuma su responsabilidad y la ejerza; el equipo de gobierno resolviendo los problemas que vino a resolver según su propia propaganda electoral; la oposición realizando su papel de oponerse a lo que crea que se puede hacer mejor porque en teoría todos quieren lo mejor para el pueblo aunque no coincidan en qué es lo mejor. Claro que si no sabemos qué, no podremos ponernos de acuerdo en  cómo ha de realizarse.
Se queja el equipo de gobierno del estado de ruina en que se encuentra el Ayuntamiento –de eso podemos hablar en otra ocasión– pero hay cosas que no necesitan fuertes dispendios para dar a entender que alguien se preocupa por evitar que el cartel sea una metáfora de la percepción que una gran cantidad de personas tiene –tenemos– del estado del pueblo y dé el aspecto lamentable que da.
  • En la Plaza del Olmo se aparca a voluntad del conductor a pesar de existir señales – algunas mal puestas– que prohíben el estacionamiento “en toda la Plaza”. Si el equipo de Gobierno considera que nuestra Plaza es un lugar apropiado para el estacionamiento de vehículos debe quitar las señales que lo prohíben. Así, nos podremos beneficiar todos y no sólo los que se saltan las normas confiando en la desidia de los que tienen la obligación de hacerlas cumplir.
  • Nuestros niños tienen lugares más que sobrados para jugar a la pelota, pero se complacen en hacerlo justo debajo de la señal que prohíbe tal juego colocada en la fachada del Museo de Manolo Rodríguez. Si el juego con pelota está autorizado, quítese la señal; eso cuesta poco.
  • Otra acción de realización barata sería la de poner la bandera de España en el Salón de Plenos; esa y las que sea reglamentario que luzcan en tal Salón. De España existe –aportada por el Grupo Popular– una de tela, constitucional. Colocar una pegatina sobre el cristal de un cuadro con la bandera indica una falta de respeto por un símbolo que representa a todos los españoles mientras la Ley no diga otra cosa. Cuando se manda, los sentimientos partidistas han de dejarse en casa y atenerse a lo que dicta la Ley sin emplear subterfugios estúpidos que no hacen sino enconar más aún la situación de fractura social en que vive el pueblo.
  • El cartel cuya foto ilustra estas líneas sugiere, además, que no tenemos Secretario, que no tenemos Policía Local, que somos uno de los pueblos con más posibilidades de desaparecer como tal, que no tenemos modo de que el Ayuntamiento responda a las solicitudes que se hacen en forma y de manera respetuosa.   ¿Dónde quedan ahora las críticas que se hacían al anterior equipo de Gobierno que no respondía a nada?
  • No estaría mal que el equipo de Gobierno pusiera en marcha los acuerdos tomados en los diferentes Plenos en lugar de esperar … ¿a qué, si es obligatorio ejecutar lo acordado?
Todas estas cosas –y otras que se le ocurren a usted que me lee– son tan de sentido común, tan fáciles de poner en marcha que no entiendo cómo alguien que ha declarado y sigue declarando su amor por el pueblo y que tiene no sólo el deber sino la obligación de procurar por él, no pone manos a la obra. Así, al menos tendríamos la sensación de que “alguien” se preocupa por nuestro bienestar, porque es posible que estén trabajando denodadamente en algo muy trascendente, muy importante que no es percibido por la ciudadanía, en cuyo caso “ojos que no ven…”

Toni(n) “el de la Cuba”

miércoles, 1 de febrero de 2017

Don Vicente

Me refiero a Blasco Ibáñez. Uno de los novelistas con más lectores de finales del XIX y principios del XX que desde siempre –excepto durante su vida novelesca, azarosa, casi cinematográfica– ha sido ninguneado por propios –algunos valencianos de la "intelectualidad" local– y extraños –sus colegas novelistas coetáneos– que llevaron mal siempre los triunfos del escritor, porque él pasaba como un relámpago por encima de un éxito para alcanzar otro mayor sin entretenerse en dar importancia a uno o a otro.
En mi opinión personal don Vicente fué un personaje "echao p'alante", consciente de su propia valía, nada humilde que, conociendo sus dotes de orador, de narrador y su capacidad para arrastrar a las masas tras de sus palabras, no logró entender nunca como Rodrigo Soriano –el donostiarra al que él trajo desde Madrid para que trabajaran juntos– pudo obtener más votos que él en las elecciones para Diputados a Cortes por Valencia.
La desafección de sus paisanos –hecho nada novedoso y que suele repetirse a lo largo de la Historia desde San Vicente Ferrer– fue el detonante que sirvió, de manera paradójica para que el periodista, escritor, político, novelista, fundador de pueblos se dedicara a ganar dinero y abandonara –no sé si del todo o sólo en parte– sus ideales republicanos de épocas de menor edad.
El otro hecho determinante de su afán por ganar dinero –al decir de algunos se convirtió en un "pesetero"– fue el conocimiento de doña Elena Ortúzar que lo deslumbró y le abrió las puertas de un mundo que él habría combatido antes pero que aceptó sin protesta para integrarse en él. Sus convicciones más básicas permanecieron firmes, pero los satélites de sus pensamientos variaron para disfrutar de lo que se ganó bien en diferentes ocasiones porque fue capaz de enriquecerse y arruinarse sucesivamente cuando quiso cumplir sus ideales de fundador de pueblos.
A este hombre se le dedicó un homenaje el pasado día 29 en que se cumplía el 150º aniversario de su nacimiento y el "Grupo de Lectura de Navajas" participó con una veintena de recreadores que lo pasaron muy bien y que hicieron las delicias del público que asistió al acto, unos sorprendidos porque no esperaban algo semejante y otros admirados del cuidado con el que los recreadores participantes habían confeccionado sus atuendos –aunque alguna periodista del LEVANTE E.M.V. poco sensible a este tipo de fenómenos escribiera que ínamos "disfrazados" de época– que dieron "color" a la celebración dicha.
Ya hemos escuchado en diferentes ocasiones que a la figura de Blasco Ibáñez se le va a dedicar más atención desde los poderes públicos municipales sobre todo. No sólo éstos, sino los poderes públicos nacionales tienen una deuda con quien llevó el nombre de España y con él el de Valencia por todo el mundo pese a desencuentros, desamores e incluso traiciones de quienes hubieran tenido que mimar a una figura de la talla de don Vicente, por eso lo que dicen los políticos no nos lo creemos. En cambio la buena gente de Valencia que tiene a timbre de gloria haber leído la obra de Blasco hace un homenaje permanente a quien amó a su tierra más que muchos que permanecen en ella.
Nosotros, el "Grupo de Lectura de Navajas" somos de los que con nuestros actos y nuestra divulgación del conocimiento de la peripecia vital de Blasco, contribuimos a que su figura siga siendo conocida y admirada en la medida en que fue de admirar.
Toni(n) "el de La Cuba"

domingo, 1 de enero de 2017

Un proyecto de carta a los Reyes Magos


Ha llegado el nuevo año y hay que empezar pidiendo algo para que se active el consumo interior que parece que está algo chungo y eso no conviene porque si no se consume no hay que producir y si no se produce no hay dinero para pagar a los que consumen. La verdad es que estas cosas de la economía capitalista da la impresión de que son un galimatías para tontos porque terminan pareciendo la pescadilla que se muerde la cola o el perro psíquicamente perjudicado que da vueltas intentando morderse el rabo.
Los que no hemos pedido nada al gordo vestido por Coca Cola que llega por Navidad, tenemos que contribuír al lanzamiento de la economía con otro pretexto que en el caso de España tendría que ser necesariamente el de los Reyes Magos que fueron una festividad de tipo religioso hasta que el comercio se apropió de ella.
A los Reyes, que llegan la noche del cinco de enero cuando casi es el día seis, se les puede pedir toda clase de cosas; al gordo del que escribía antes sólo cosas materiales, pero como ya hemos pasado el fin de año en el que hemos deseado toda clase de cosas espirituales para los amigos, conocidos y militares sin graduación, no estaría de más hacer un pequeño inventario de lo que pueda resultar beneficioso para nuestros semejantes.
Claro es que para conocer qué es lo que puede convenirles no será ocioso partir de lo que a cada uno le falte con el propósito de que le aproveche a cada cual en función de su carencia:
SI LE FALTA...
QUE LOS REYES MAGOS LE TRAIGAN...
Amor
Un buen novio/novia
Dinero
El gordo de la lotería del Niñp
Salud
Un buen seguro médico
Alegría
Unas maracas
Humor
Una pluma de pavo real para hacerle cosquillas
Paz
Una escopeta con cartuchos de sal para defenderse de sus enemigos
Paciencia
Un rosario para rezarlo mientras esté desazonado
Carisma
Dinero; con él tendrá mucha gente dispuesta a hacerle la pelota diciéndole aquéllo de que: “Chica/o, tú vales mucho”
Protagonismo
Un coro en el que pueda cantar de solista aunque lo haga fatal
Estatura
Unos zancos
Pelo
Una peluca intercambiable
Cariño
Un peluche suavecito
Sentido del ritmo
Un metrónomo
Afinación
Una bolsa grande de caramelos de Burriana para que se tome uno cada vez que quiera cantar
Forma física
Si es chico una buena masajista, si es chica un masajista varón
Chispa
Un chisquero de mecha larga
Sentido del humor
Una habitación sin ventanas para que se encierre y no amargue la vida a los demás.
Capacidad de asombro
Un repaso a la situación política del pueblo desde la llegada de José Vicente Torres a la Alcaldía hasta el momento actual



Pasión por la lectura
Una inscripción como socio del “Grupo de Lectura de Navajas”
Ilusión
Asistencia a la cabalgata de Reyes fijándose en las caras de los niños y olvidándose del comportamiento de los adultos
Fe
Un rato de mirar el Olmo y pensar en todo lo que ha pasado “bajo sus ramas”
Generosidad
La creencia en la reciprocidad de los demás
Autoestima
La ocasión de hacer bien ago – lo que quiera que sea que haga bien– ante los demás
También puede ocurrir que haya algún afortunado mortal que no necesite nada de eso, enhorabuena en parte porque el que no carece de algo no es tan feliz como se supone que debería ser. Se disfruta más haciendo el camino que al llegar a la meta.
De nada.
Toni(n) “el de La Cuba”