miércoles, 1 de febrero de 2017

Don Vicente

Me refiero a Blasco Ibáñez. Uno de los novelistas con más lectores de finales del XIX y principios del XX que desde siempre –excepto durante su vida novelesca, azarosa, casi cinematográfica– ha sido ninguneado por propios –algunos valencianos de la "intelectualidad" local– y extraños –sus colegas novelistas coetáneos– que llevaron mal siempre los triunfos del escritor, porque él pasaba como un relámpago por encima de un éxito para alcanzar otro mayor sin entretenerse en dar importancia a uno o a otro.
En mi opinión personal don Vicente fué un personaje "echao p'alante", consciente de su propia valía, nada humilde que, conociendo sus dotes de orador, de narrador y su capacidad para arrastrar a las masas tras de sus palabras, no logró entender nunca como Rodrigo Soriano –el donostiarra al que él trajo desde Madrid para que trabajaran juntos– pudo obtener más votos que él en las elecciones para Diputados a Cortes por Valencia.
La desafección de sus paisanos –hecho nada novedoso y que suele repetirse a lo largo de la Historia desde San Vicente Ferrer– fue el detonante que sirvió, de manera paradójica para que el periodista, escritor, político, novelista, fundador de pueblos se dedicara a ganar dinero y abandonara –no sé si del todo o sólo en parte– sus ideales republicanos de épocas de menor edad.
El otro hecho determinante de su afán por ganar dinero –al decir de algunos se convirtió en un "pesetero"– fue el conocimiento de doña Elena Ortúzar que lo deslumbró y le abrió las puertas de un mundo que él habría combatido antes pero que aceptó sin protesta para integrarse en él. Sus convicciones más básicas permanecieron firmes, pero los satélites de sus pensamientos variaron para disfrutar de lo que se ganó bien en diferentes ocasiones porque fue capaz de enriquecerse y arruinarse sucesivamente cuando quiso cumplir sus ideales de fundador de pueblos.
A este hombre se le dedicó un homenaje el pasado día 29 en que se cumplía el 150º aniversario de su nacimiento y el "Grupo de Lectura de Navajas" participó con una veintena de recreadores que lo pasaron muy bien y que hicieron las delicias del público que asistió al acto, unos sorprendidos porque no esperaban algo semejante y otros admirados del cuidado con el que los recreadores participantes habían confeccionado sus atuendos –aunque alguna periodista del LEVANTE E.M.V. poco sensible a este tipo de fenómenos escribiera que ínamos "disfrazados" de época– que dieron "color" a la celebración dicha.
Ya hemos escuchado en diferentes ocasiones que a la figura de Blasco Ibáñez se le va a dedicar más atención desde los poderes públicos municipales sobre todo. No sólo éstos, sino los poderes públicos nacionales tienen una deuda con quien llevó el nombre de España y con él el de Valencia por todo el mundo pese a desencuentros, desamores e incluso traiciones de quienes hubieran tenido que mimar a una figura de la talla de don Vicente, por eso lo que dicen los políticos no nos lo creemos. En cambio la buena gente de Valencia que tiene a timbre de gloria haber leído la obra de Blasco hace un homenaje permanente a quien amó a su tierra más que muchos que permanecen en ella.
Nosotros, el "Grupo de Lectura de Navajas" somos de los que con nuestros actos y nuestra divulgación del conocimiento de la peripecia vital de Blasco, contribuimos a que su figura siga siendo conocida y admirada en la medida en que fue de admirar.
Toni(n) "el de La Cuba"

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