lunes, 25 de mayo de 2020

Adoquines. De retirada

Desde que empezó la pandemia se ha venido utilizando un lenguaje belicoso y de deseada unidad por parte de políticos, periodistas y publicistas en general. "Lo venceremos juntos", "Juntos lo conseguiremos", "Venceremos al coronavirus", "No podrá con nosotros", "Resistir es vencer" y               otras lindezas semejantes que planteaban al virus como al enemigo y a nosotros como el ejército que había de derrotarlo en el campo de batalla. Inútil empeño porque el virus sigue ahí y nosotros salimos mal que bien, pero con cautela y lentamente de nuestros refugios.

Ahora, contaminado tal vez por esa propaganda bélica he escrito en el título "De retirada"; pero no es de la retirada de un ejército en derrota de lo que quiero escribir hoy, sino de la de un grupo que ha terminado su trabajo y abandona el lugar en que ha estado trabajando con el sentimiento de haber terminado satisfactoriamente la tarea encomendada.

Esta mañana una "gotirradica" ha intentado –sin conseguirlo– desempolvar el Olmo.

Hoy queda "casi" terminada la obra de adoquinado de la Plaza y los que la han llevado a cabo:
Osman el hondureño y su compatriota Dani, Jose el guatemalteco, los ecuatorianos Steven y Gaspar –hijo y padre respectivamente; este último jefe de la obra– y el salvadoreño Iván –¿recuerdan? uno al que no le gustaba la cerveza– han sido los participantes en la obra. 

Hoy no están ni Steve ni Iván, que andan por otros lugares, pero los demás saldrán cuando acabe la jornada hacia algún otro lugar en el que ganar "el pan con el sudor de su frente" que es maldición bíblica que casi hemos olvidado para nuestro mal. Su comportamiento y su laboriosidad han despertado en mí al menos, un sentimiento de admiración hacia ellos. Gracias.

Han quedado colocadas las rejillas de los imbornales en los lugares en los que el sábado nos sorprendió que se estuvieran tapando, se han rematado los detalles que se han ido apreciando como incompletos y se ha procedido a limpiar de polvo la superficie de la Plaza para que empiece a tener su aspecto definitivo.
... colocados los imbornales ...
Así es que las tareas de esta tarde son las propias de dejar la obra presentable, restituir los elementos que fueron quitados para permitir la soltura de movimientos necesaria en este tipo de tareas y lograr que se pueda transitar libremente por la Plaza.

... retirar ...

Antes decía que "casi" estaba terminada la obra porque falta, como es evidente, la guinda del pastel, la lápida de la que tenemos sólo noticias difusas y que, suponemos, será colocada en breve.


... terminar los detalles ...

Algo he oído comentar acerca de dejar la parte gris como zona de carga y descarga, que falta hace, pero estimo que habría de ser a cambio de no permitir el estacionamiento en la Plaza.

También hay voces que piden que los toros se trasladen a la parcela propiedad de la Iglesia que está junto al Auditorio Municipal. Cada uno tiene su opinión y la expresa con libertad, como debe ser.

Creo que durante el tiempo que han estado trabajando los obreros nos han dado un ejemplo de lo que se debe hacer, de una magnífica manera de comportarse, de hacer lo que toca, de cumplir con su obligación.  

Ahora es nuestro turno y de lo que se tratará en él será de no dejar la Plaza hecha unos zorros cada vez que nos reunamos alrededor del Olmo porque la Plaza es el Ágora de nuestro pueblo, el lugar de reunión de personas, no un basurero.

En eso confiamos cuantos vemos las cosas desde este punto de vista. ¡Ojalá que los adoquines nos sean propicios!
Toni(n) el de "La Cuba"

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