lunes, 18 de mayo de 2020

Adoquines. Lunes ¡la Liberté!

No crean ustedes por el título de esta entrada es que esté volviendo a los tiempos de la Revolución Francesa; no estamos terminando Floreal y a punto de entrar en Pradial; estamos en Fase 1. El señor Puig ha demostrado al señor Sánchez y a SalvadorIlla que estamos ya en sazón y podemos movernos. Por cierto que esta mañana me he desplazado a La Fe, con visita programada, cambio de provincia, etc. provisto del "paperet" –a partir de ahora lo del "paperet" será muy habitual, una especie de "fe de vida" de la época anterior, cuando el "innombrable" jejeje–  y no ha habido autoridad alguna que me haya demandado nada ni a la ida ni a la vuelta.

Bueno, a lo que vamos. La obra –no confundir con la "Obra"– cuenta con un solo obrero, José, el guatemalteco, que tengo la impresión de que es un oficial en el rango de la empresa, porque se encarga de los trabajos más delicados; una persona asequible y cordial que va siempre unos pasos por delante de las necesidades del trabajo y que se relaciona bien con sus jefes y con sus compañeros. Está rematando detalles mientras espera la llegada de algún material que falta. Va y viene, mide, se desplaza, corta... a lo suyo sin que nadie haya de darle órdenes.

... José sabe lo que tiene que hacer y lo hace...
Es decir, que hay personas en las que se puede confiar porque van a comportarse bien independientemente de la situación, el lugar o la circunstancia en la que se encuentren. 

Hay otras, en cambio, que no tienen el respeto que se debe tener con las cosas, con todo, y de una manera especial con lo que es patrimonio de todos, con lo que pertenece al conjunto de la ciudadanía.

Llegados a este punto, seguro que alguno de entre los que me leen habrá pensado "ya está Toni(n) con sus monsergas"; pues sí, estoy con una monserga que he advertido en cuanto he llegado de Valencia y que ofrezco a todos ustedes para que no quepa duda de lo que digo porque es una primicia mundial de gran alcance que no podemos sino deplorar por lo que significa: se trata del primer chicle manchando los adoquines aún antes de que la obra haya sido rematada.

... ofensivo, sucio, impúdico, el primer chicle ...
No me cabe duda de que procede de la boca de algún tierno infante cuyo responsable no se ha dado cuenta de que lo escupía, pero con los niños –con los perros también– hay que tener un cuidado exquisito por parte del que los saca a pasear, porque suelen dejar "recuerdos imperecederos" donde uno menos lo piensa.

Y es una pena porque esos "recuerdos" dan idea del talante de una sociedad, blandita, acomodaticia –"son niños", dicen. Pues por eso mismo hay que educarlos, hacerles ver que lo que es de todos ha de ser respetado por todos– y que antepone la comodidad a los deberes cívicos. Como no tengo ni niños ni perros, me despacho a gusto en este asunto porque total, para el caso que me hacen...

Hay veces que nuestros ojos nos juegan alguna que otra mala pasada. Vean:
... la piel de algún saurio ...
No es la piel de algún saurio, ni un cuadro digno de figurar en Arco o cualquier otra galería similar. Habría de ser el gran panel que adornara el vestíbulo de entrada a las oficinas de una empresa de obras públicas, porque es una foto de los adoquines grises –unos secos y otros no– sobre los que se extenderá la arena amarilla. Si alguien lo pinta y lo firma cobra "un pastón" por él.
Salud.
Toni(n) el de "La Cuba"











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