lunes, 16 de noviembre de 2015

Teatro, puro teatro

Un grupo de personas  —escaso en número, pero decidido en la intención— estamos constituyéndonos en Asociación. De manera provisional porque aún no tenemos hecha la inscripción en el Registro correspondiente, nos llamamos el “Grupo de Lectura de Navajas”  y nos vemos los jueves, a las seis y media en el ayuntamiento para leer libros, comentarlos, leer poesía, comentarla, leer noticia, comentarlas; todo de una manera poco formal, "a la pata la llana": uno llega con un texto y lo lee, otro aporta unos poemas y los reparte entre todos para ir leyéndolos. De esta manera hemos llevado adelante en tiempos de crisis uno de los actor culturales importantes que se dan en nuestro pueblo: los encuentros de Poesía.


A un servidor le gusta recordar —por si alguien piensa que lo de los Encuentros es una chaladura—  que de los ocho poetas invitados a los cuatro primeros que se organizaron, uno era Premio Nacional de Poesía antes de haber estado recitando para nosotros y otros cinco han sido Premio Nacional después de haber pasado por Navajas; de ellos alguno ha estado con nosotros en más de una ocasión. ¿Suerte? quizás, pero también acierto a la hora de asesorarnos acerca de a quién invitar.
Se me olvidaba decir un par de cosas en relación con ese grupo: una es que puede unirse a él cualquier persona que lo desee sin más que acercarse a cualquiera de de esas reuniones y la otra es la idea de constituirnos en Asociación surge ante la conveniencia de no cargar al ayuntamiento con subvenciones que es evidente que no puede asumir. como el grupo no tiene grandes necesidades creemos que podremos subsistir con las aportaciones de los socios de todo tipo que vayamos consiguiendo, con las subvenciones a las que podamos optar y con lo que nos puedan dejar en herencia, en donaciones o en legados las personas de bien que piensen que contribuir a la difusión de la cultura es una buena manera de ser recordado.
Por el momento lo que el grupo de referencia hace , además de las actividades que podríamos llamar “domésticas”, ha sido participar desde el principio en la lectura de poemas en los Encuentros citados. A fin de cuentas, el objetivo de esos encuentros es poner a las personas en contacto con la poesía y es algo que vamos consiguiendo. También hemos organizado encuentros con autores de prestigio que han departido con nosotros acerca de su obra y pensamos en ampliar el círculo en el curso en el que nos vamos a constituir como Asociación Cultural sin ánimo de lucro.
También saldremos para asistir a conferencias, coloquios, mesas redondas, exposiciones u organizaremos aquí sesiones de teatro leído, colaboraciones con el resto de Asociaciones Locales que nos lo pidan, organización de actos de recreacionismo para los que pediremos la colaboración de otras asociaciones locales porque queremos compartir el gozo y el disfrute de lo que se nos ocurra.

Pero quiero poner el acento en las salidas que se han venido haciendo a diferentes representaciones teatrales tanto de obras de corte moderno, cuanto obras clásicas que han constituido siempre un éxito tanto por la organización de los viajes cuanto por la elección de las obras a las que se ha asistido a las que, por cierto, a nadie se le ha pedido la pertenencia o la participación en las actividades del grupo, hecho que considero de la mayor importancia y uno de los fundamentos de la buena acogida de que han disfrutado estas convocatorias.
El jueves, 12 de noviembre estuvimos en el Teatro Talía de Valencia en la representación de una obra “La Crazy Class” —qué manía de emplear el inglés cuando “La clase Loca” hubiera sido un título sugerente y atractivo— que llevada a escena por la compañía “IMPREBIS” —lo de compañía es un decir porque caben en un taxi— nos dejó boquiabiertos. Personalmente he de decir que hacía tiempo que no veía una puesta en escena tan en estado puro como la que tuvimos el gusto de contemplar. 

Con sólo tres actores dieron vida a diez personajes, además de a tres personejes femeninos propuestos por una actriz, con una trama tan bien elaborada que la atención de los espectadores no decayó un solo instante. Sin un micrófono, proyectando la voz, sin más apoyo que el de las diez sillas que aparecieron en el escenario y alguna decoración puntual sencilla, la comedia se hizo presente y el drama de Shakespeare nos tocó las fibras sensibles gracias al buen hacer y al amplio registro de los artistas en escena.
De esa representación, de teatro y de otras cosas relacionadas con ella hablaremos durante las próximas reuniones del grupo. ¿Te vienes?
Toni(n) el de la Cuba

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