viernes, 4 de diciembre de 2015

Mentiras y ridículos

Hay situaciones que, a veces, me ponen nervioso. Una de ellas que lo consigue con frecuencia es la de ver afirmar, a alguien que sabe que miente, que lo blanco es negro.
Es el caso de Artur Mas que ha tenido la desfachatez de decir que “el país”, —el suyo, el que se ha inventado— podía haber hecho frente a la monstruosa deuda que tiene contraída “sin tener que recurrir a la misericordia del Estado”. La afirmación no tiene desperdicio porque si es así, ¿cómo es que se ha metido en una deuda que sólo ha podido resolver el resto de España     —esa que “els roba”—  con el dinero de todos los españoles? ¿no será que en su alocada huída hacia delante tiene que soltarla cada vez más gorda para ver si alguien le cree?
Señas de identidad catalanas
Los millones de euros que todos los españoles —los que viven en Cataluña también, claro— pagaremos para que cobren los sanitarios y los farmacéuticos, son los que se han gastado el señor Mas, el señor Romeva, el señor Junqueras y otros compañeros de viaje en embajadas, en banderas cuatribarradas con un triángulo azul y una estrella, en pitos para pitar al Himno y en flautas y zarandajas varias. Y —como no podía ser de otra manera— también tendrán algo que ver los que dieron alas al independentismo por pactar poltronas —ahí están “pringados” tanto el señor González como el señor Aznar. Lo del señor Rodríguez Zapatero es algo más que un simple “pringue”.
Ahora mismo tengo la impresión de que el presidente de la Generalitat Catalana, en funciones, le está echando cara al asunto y “vendiendo alfombras”; pero me gustaría conocer cuántos farmacéuticos catalanes con farmacias en el nordeste de España, son capaces de votar por el independentismo que les ha sido vendido en píldoras.
Leo en “El País” —un periódico con cuya línea editorial mantengo bastantes diferencias de opinión— que ahora el Parlamento catalán recurre al Tribunal Constitucional para que no admita a trámite el recurso presentado por el Gobierno de la Nación contra la resolución independentista que el citado Parlamento aprobó el pasado día 9 de noviembre.
Lo que alega —a pesar de ser una alegación ignominiosa por su intento de desvirtuar lo que hay detrás de su intención inicial— no me llama la atención dado el escaso sentido de la realidad que vienen demostrando los dirigentes políticos “catalinos”; pero es para troncharse de risa que ahora esos dirigentes se aclamen al organismo al que definieron como “deslegitimado y sin competencia” y afirmaron de él que el Parlamento ahora reclamante “no se supeditará a las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional”.
¿No creen ustedes que la broma ha llegado demasiado lejos? Supongo que todos estos tejemanejes, estas trampas en el solitario, este permanente estado de bronca a cuenta de un delirio inventado por algún visionario tendrá consecuencias jurídicas que sacudan a los entontecidos politicastros que se han prestado a someter a esta manipulación al pueblo catalán… y, de paso, a los integrantes de ese pueblo que se han puesto de perfil cuando la que estaba cayendo mojaba al resto de España mientras ellos presumían de embajadas… ¡pobres!
Pero se acercan las elecciones generales y aparecen nuevos políticos que nos van a salvar de todos los males actuales e incluso de los que ellos mismos creen, porque han demostrado su “preparación” y sus amplios conocimientos, por ejemplo los del pensamiento de Kant —que es imprescindible para entender los derroteros del pensamiento de occidente— en el debate de la Carlos III,

¡qué vergüenza de educación tenemos que en los últimos cuarenta años ha sido capaz de lograr que un abogado y politólogo -profesor de universidad para mayor escarnio- y un abogado especialista en debates, ambos aspirantes a la Presidencia del Gobierno de España muestren sus vergüenzas intelectuales uno por no haber leído al de Köenigsberg  y el otro por ni siquiera poder citarlo correctamente!
Claro que, así nos va.

Toni(n) “el de La Cuba”

1 comentario:

  1. Panico me da la situación de España.Los en el politicos no piensan en el pueblo español. Solo tienen ansia de poder

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