Estoy leyendo “Testimonio de dos guerras” de Manuel Tagüeña Lacorte, un combatiente afiliado al Partido Comunista, que llegó a ser teniente coronel del bando republicano en la guerra incivil y que tiempo después, ya en el exilio, escribió en Méjico su testimonio acerca de las cosas que había vivido. Creo que el momento en que he empezado a leerlo no puede ser más oportuno porque, además de contar sin apenas partidismo lo que vivió, desvela algunas cosas interesantes acerca de las relaciones entre los diferentes partidos que integraron el llamado Frente Popular. Alguna de esas maneras de relacionarse con el resto parece que no las conoce el PSOE actual. En la página 133 leo textualmente: “Como no se llegó a la victoria, no hubo oportunidad para pasar a la inevitable segunda etapa de la política estalinista de Frente Popular, eliminación de los partidos aliados y toma del poder”.
En mi opinión el conglomerado que maneja “Podemos” es lo más parecido al Frente Popular que puede darse en estos momentos y el señor Sánchez, don Pedro, está jugando con él –contando con la complacencia, la falta de visión de Estado o la anomia de sus compañeros de Comisión Ejecutiva Federal– a aprendiz de brujo cuando ya se sabe lo que pasa cuando se juega a estas cosas.
Bien está seguir lo que es preceptivo en las cosas de la política, pero montar el paripé que han montado siguiendo escrupulosamente los tiempos de la política sólo beneficia a sus teóricos “aliados”. Pretender que el partido más votado consiga un gobierno estable sin aliarse con el segundo, que es el PSOE, es pretender lo imposible matemático; pero que la Comisión Ejecutiva Federal dé su placet a que el señor Sánchez, don Pedro –al negarse a pactar con el PP y éste quede sin poder gobernar– proceda a la formación de un gobierno cuando las combinaciones se antojan imposibles, es algo que raya en el sarcasmo.
Nadie puede salir beneficiado de una situación así y lo primero que han de tener en cuenta los políticos –muy por delante de la consecución de objetivos personales o de partido– ha de ser la consecución del bien común.
...o se ponen de acuerdo o no comen... |
Veamos la situación: El PP no podrá formar un gobierno que garantice la gobernanza y la gobernabilidad del estado sin contar con el apoyo del PSOE; pero éste, sin contar con el PP, no podrá formar gobierno sino recurriendo a “Podemos” con la inclusión de los votos del resto de partidos afines. Tarea difícil en la que el que la emprenda puede estar cayendo en la trampa que describía el teniente coronel Tagüeña, en la que quien la intente se dejará, sin duda, los pelos en la gatera.
La situación se asemeja mucho a la de un gallinero en el que dos gallos se disputan la hegemonía; pero no es ésto lo que está esperando no sólo la mayoría de los ciudadanos sino buena parte de los votantes del PSOE. Hacer política “contra” es malo porque lo que necesitamos todos es que se esté “a favor” de España, aunque este nombre levante ronchas y sarpullidos en algunas gentes.
En mi estimación un triple pacto PP, PSOE y Ciudadanos llegaría a ser beneficioso para España porque tienen más elementos afines y un tripartito de afines contribuiría a limpiar el ambiente político sin tirar por la borda lo que se ha conseguido en el terreno económico y construyendo los aspectos sociales más dañados.
Los próximos días serán determinantes para pasar de una manera u otra los próximos años. Si PSOE y PP no pactan, al gobierno que salga de los pactos no le auguro una vida más allá de los dos años. Y habrá que pedir responsabilidades no sólo políticas a los que no hayan querido entenderse para llegar a acuerdos.
¿Feliz Año Nuevo?
Toni(n) "el de La Cuba" (que el otro día se me olvidó firmar)
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