... descubierto el misterio ... |
Adoquines como el resto de la Plaza para terminar la obra porque el cuadrado que había quedado relleno de arena se había convertido, por obra y gracia de los maleducados de siempre en recinto donde cualquier colilla tenía su asiento, en el "pipican" de los perritos – hay mayor número de perros conviviendo con familias en España que niños de quince años– y en el sitio que habían de vigilar los abuelos para que los nietos no entraran ante el temor de que "cogieran" cualquier enfermedad.
A mí, la solución –salvo el color de los adoquines como creo haber dicho– me gusta... aunque llegue con un poco de retraso cuyas causas ignoro.
Mientras tanto, pintan mal los rebrotes de la pandemia. Lérida vuelve a estar confinada y si no aprendemos de lo que les pasa a otros, nos mereceremos lo que nos pase a nosotros. Lo digo porque advierto que hay quien "baja la guardia" como si todo hubiera terminado, como si la pandemia hubiera sido un mal sueño, y no, ésto no ha hecho más que empezar.
Me voy a que me cambien la cadera por otra de titanio. Feliz y prudente verano.
Toni(n) el de "La Cuba"