martes, 1 de diciembre de 2015

Primer amor

- Hola. 
- Hola. 
- ¿Te importa que me siente a tu lado? 
- No. 
- Llevo mirándote hace rato. 
- Ya me he dado cuenta. 
- ¿No quieres saber por qué? 
- Supongo que porque te gusto. 
- Sí. 
- Pues a mí me gustas también. 
- ¿Qué podemos hacer ahora? 
- No sé. 
- A mí tampoco se me ocurre nada. 
- ¿No tienes experiencia? 
- Es la primera vez que me pasa. 
- Y a mí. 
- El caso es que mirarte me gusta. 
- ¿Y notas unas cosquillitas en el estómago? 
- Sí. 
- Me pasa lo mismo. 
- No me atrevo a pedirte... 
- ¿Qué? 
- Dame tu mano 
- Ven, siéntate junto a mí. 
- Es pequeña. Mira. Me cabe en la mía. 
- Porque tienes las manos muy grandes. Y fuertes. 
- ¿Yo? ¡Qué va! Son las tuyas las pequeñas. Mis manos son normales. 
- No. Tus ojos, tu boca, tus manos... todo es grande en ti. 
- ¿Y eso te disgusta? 
- No. Me atrae más. Por ejemplo, los ojos. Cuando me miras es como si me envolvieras. 
- Yo te siento muy dentro, al lado del corazón. Allí te protejo. 
- ¡Qué bien! 
- Me gustaría besarte. 
- Y a mí que lo hicieras. 
- ¿Me dejas? 
- ¿Aquí? No. Ya nos están mirando todos... 
- ¿Y te importa? 
- Un poco 
- ¿Quieres que nos vayamos a algún sitio? 
- Aún no. Se está bien aquí. 
- Sí. Aquí o en cualquier otro sitio a tu lado. 
- Muchas gracias. A mi también me gusta estar contigo. Es... diferente. 
- ¿Diferente de qué? 
- De estar con otras personas. Estoy más a gusto. Como si fuera contigo con quien tengo que estar. 
- Me gusta lo que dices. Y cómo me miras. Y tu voz. 
- A mí me gustan tus gestos, tu decisión; también tu voz. Y tus labios y tus ojos. 
- Está bonita la tarde. Y voy a recordar la fecha toda mi vida. 
- ¿Para bien o para mal? 
- Para bien 
- ¿Seguro? 
- Vivo aquí cerca, en un apartamento. Podemos irnos allí, si tu quieres. 
- ¿Tú quieres que vayamos? 
- Lo estoy deseando. 
- Pues vamos. Por cierto, ¿cómo te llamas? 
- Ana. 
- ¡Qué casualidad! 
- ¿Casualidad? ¿Por qué? 

- Yo también. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario